La historia nos cuenta (por lo menos en los libros de texto) como en ocasiones pueblos enteros se han levantado contra la injusticia para conseguir su independencia. Desde las luchas ancestrales hasta la revolución de terciopelo, la independencia es un anhelo humano.
Pero en el siglo XXI las fronteras caen y el orden social se moldea, en nuevas y caprichosas maneras que son novedosas y extrañas.
Pero en el vortice de los cambios están los individuos que luchan por tener un lugar donde dormir, algo que llevarse a la boca, liquido que beber y mientras lo satisfactores van llegando, a veces, nos damos tiempo para pensar.
Pero el hecho es que el capitalismo que conocimos está cambiando; y la remuneración aunque existe, pierde día a día valor. El salario está acercandose al porcentaje donde se convertirá en placebo.
Y luego ¿qué? Cuando el agua escasee, la comida no alcance y la obscuridad nos alcance ¿nos pondremos a llorar o el instinto les dirá a unos cuantos que deben tomar lo que por derecho es suyo?
Si queremos la paz, hay que asegurar que los satisfactores existan y la dotación sea suficiente para todos. De lo contrario, el hambre, la sed y el miedo, desataran a la sombras de las cuales incluso los libros no hablan, por temor a despertarlas.
Y así, hoy me decido a iniciar un esfuerzo es pos de tratar de encontrar el conocimiento para entender al agua, producir comida y generar energía.
Veamos hasta donde llego.
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